lunes, 28 de enero de 2008

Números

Desde que recuerdo me fascinaban los números y las cifras, no sabía por qué, tal vez por sus perfecciones, el embrión de una obsesión por lo infinito.

Lo fascinante era que entre el número uno y el número dos hay una infinidad de números, un universo que nunca termina, una distancia eterna, si bien alcanzable. Entre un lapso de tiempo y el siguiente hay una eternidad. Nuestras vidas son realmente un conjunto de pequeñas eternidades de tiempo. No nos damos cuenta de que el infinito que tanto buscamos es el espacio entre los ojos abiertos y un parpadeo. Pero las cosas son siempre relativas y la relatividad destruye los aires de grandeza para cualquiera que lo desee.

[…]Cuando tenía once años, no especulaba sobre la infinita distancia entre un ser y otro, sólo sobre la personificación del número Uno y el número Dos. Mientras las hojas amarillas y rojas caían mojadas por completo y tejían las sábanas del otoño, yo reía al oírlos pelear, arrancarse los cabellos, gritarse insultos y odiarse el uno al otro. […]Cuando era niño, se peleaban por discutir quién era el más importante en el mundo de las matemáticas, pero ahora, cinco años más tarde, sus conversaciones han avanzado a una como ésta:

-Lo que tienes es una envidia más grande que la gordura del Cero –decía número Uno.

-Envidia no, tengo lástima por ti. Tú representas la soledad y a nadie le gusta estar solo –contestó bruscamente número Dos.

-¿Estás loco? Ser número uno significa ser el primero en todo, una sensación de victoria sobre los demás, el rey del mundo –exaltó arrogantemente Uno.

-No, significa ser el primero en morir, el primero en perder y el primero en descubrir todos los horrores de la vida. Por lo menos yo represento el amor, al pareja, la esperanza de tener al lado a otra persona con la cual confrontar todas las penas que tú enfrentas primero.

-No es la esperanza lo que tú representas, sino la cobardía, la debilidad y la dependencia de otro para poder sobrevivir. Eres un parásito, uno que depende del otro. Poder enfrentar los problemas sólo endurece el ser y proporciona fuerzas para batallar contra los peores enemigos que el destino te pueda obligar a enfrentar. No te sigas engañando. Tú sabes perfectamente que dos es realmente uno más uno. Estás compuesto de dos, como yo, dos que saben que están verdaderamente y siempre solos. La pareja y el amor son ilusiones para cubrir tu inferioridad.

-Tiene razón cuando dices que soy dos individuos agrupados, pero hay algo que tu vanidad y egocentrismo no te permite ver: el deseo de compartir. Eres tan egoísta que sólo piensas en ti, y jamás piensas que compartir con otro ser pueda brindar algo de felicidad. Yo soy eso para muchas personas que viven momentos de felicidad, porque comparten sus vidas, sus metas y sus emociones. Yo soy el suelo nutriente de la familia, la procreación, la existencia y la supervivencia humanas. Sin dos no hay resto.”


“Susurros bajo el agua”
Moisés Zamora
Fondo Editorial Tierra Adentro (CONACULTA)
México, 2005

Después de muchas conversaciones similares dentro de mi mente, que minan la razón y la emoción, encuentro a alguien que lo ha podido expresar de la mejor manera… A veces Uno tiene la razón, a veces Dos…

Pero en este momento, Uno es el líder claro dentro mi guerra numérica… Pero me han llegado rumores de fuentes bastante confiables, que Dos se está preparando para un contra-ataque potencialmente peligroso para Uno… Guerra sin cuartel se va a desatar… Jajaja…

1 comentario:

Alfredo Sánchez dijo...

El siguiente comentario aplica para tus dos últimos Blogs:

¡¡¡ DEJA DE FUMARTE MI MOTA !!!