viernes, 17 de agosto de 2007

Asi comienza...

-Qué onda? Cómo estas?- Dice Y!
-Pues bien, qué? Vas a ir a lo de R!- Digo yo
-No se, tengo como flojera, tu vas a ir?
-Yo ando igual, pero si tu vas, vamos!
-Pues nada más por una chela, no? Para hacer acto de presencia...
-Va, me late, igual pa no dejar- Replico yo
-Ya está! Nos vemos en casa de R!
-Sale, ahí te veo...

Tres horas después estabamos en la segunda fiesta de la noche siguiendo a J! que con un grito digno de un espartano de verdad movía a sus tropas hacía la tercera fiesta, y nosotros como disciplinados guerreros que somos seguiamos la formación por las calles del centro, preparados con una chela por lanza, un celular como espada y la fiesta como escudo...

Dos horas después, y unos tragos más, después de estar en la plática con los amigos, por qué no? Una cuarta fiesta...

Así, caminando a altas horas de la noche con una lluvia que literalmente nos seguía (según Y!),con un PG! tratando de localizar a su gente para otra fiesta, abordamos el auto para encaminarnos definiendo como nuestro destino más próximo el Salón 21 para ver que nos encontrabamos por allá...

Esta historia nos deja varias incógnitas:

En qué momento fue una buena idea ir a la cuarta fiesta?
En qué momento se vuelve mejor idea seguírsela?
En qué momento "una chela y ya" se convirtió en 4 fiestas?
En qué nos hemos convertido?

Saludos!!!

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